Hay un problema, no entiendo un carajo del italiano. Fui a un café y me pedí algo que parecía un submarino con tostados, normal. Es lindo Venecia, como siempre imaginé que fuera. Le di unos sorbitos al submarino, y sin duda lo era porque el gusto a chocolate se sentía. Hace frío, algo. Así que, disfruto tomar a sorbitos mi submarino y disfrutar de lo caliente que viaja por mi garganta, me reconforta sin duda alguna.
La hora se me pasó volando, fui a un hotel que quedaba a unas cuadras del café. Pedí una habitación, lo curioso fue que en recepción ya sabían mi nombre, y el propósito de mi visita en la ciudad, lo cuál me asustó. ¿Tanto podría llegar a conocerme esta persona? En fin, me dieron la llave y subí a la habitacíon 311 del piso 7. Disfruté tomar el ascensor, lo lindo es que pasaron un poco de Ed Sheeran y me volvió a tranquilizar. Tendría que pensar menos y disfrutar más, es lo que siempre me pasa, hacerme la cabeza por todo.
Me tiré en la grandísima cama de dos plazas sin pensarlo y me puse a saltar, lo lindo de sentirse niña otra vez. Desempaqué algo, y noté que en la mesita de luz al lado de la lámpara había una nota que decía "Para Ramona.". Curioso, pero no me sorprende. En fin, la leí, la nota decía algo así.
Hola Ramona. Como estás? Parece que te convenció viajar hasta acá, si estás asustada, te digo que no lo estés, lo hago porque te quiero, o eso creo. Lo curioso, es que no conozco más que tus trenzas y tu mirada alborotada y con tantas ideas en la cabeza. Pero de esto se trata no? El amor, me refiero. No, no pienso que es muy apresurado hablar de esto. Se trata de que sea así, raro, indeciso, inesperado, misterioso. Infinito.
Recién hoy llegaste, descansá. No hagas mas. La cama debe ser cómoda, en un rato te llegará una bandeja con otro submarino y brownies. (si, se que te gusta, se que lo dulce te vuelve loca, se que fuiste al café que está cerca de acá, por eso elegí este hotel. No se por que te conozco tanto, tan así.). Mañana capáz, te llegue otra carta. Pero no la esperes. Que descances, niña ojos de papel.
Anónimo.Me da vueltas la cabeza ¡que miérda es todo esto! ¡Y POR QUÉ OBEDEZCO A UN EXTRAÑO! Capáz no sea tan corriente como pensé, repasemos. Estoy en Italia, absolutamente sola, o eso parece. Me gusta, sí. Me encanta. Tendré historia que contar. Seguiré obedeciendo al estúpido anónimo.
Me acosté en la cama, y para mi suerte traje libros y un cuaderno para escribir. Así que eso hice, en ese orden. Leer y escribir. No creo que exista otro escape mas lindo que éstos. Me siento bien, raro. Pero ese raro lindo.
La carta me llegó cuando fuí a cenar al restaurante del hotel.
(foto de Luna Rey Cano)
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